Un profesor guapísimo con solo ojos para ella. ¿Qué chica no ha fantaseado con eso? Pero cuando Lizbeth llega a clase y ve al hombre magnífico del bar de la noche anterior dirigiendo su clase de anatomía, sabe que este semestre se va a complicar.
Ella está fuera de los límites y Caleb lo sabe. Las reglas sobre las relaciones entre profesores y estudiantes son muy claras. Caleb no es ajeno a las miradas coquetas de sus alumnas, pero siempre se ha mantenido profesional. Tiene una carrera que proteger, pero cuando ve a Lizbeth sentada en su clase, sabe que arriesgará todo por tenerla.